01. USTEDES LOS PERIODISTAS

Los editores son unas bestias. Pero con las neuronas suficientes para oler las tendencias, los temas, los signos de los tiempos, digamos. A veces los periodistas novatos -especialmente los venidos de tres regiones al sur de Santiago- no saben vender los temas. Pero ellos tampoco se esfuerzan mucho por comprarlos. Eso pensaba mi profesor de Ética Periodística, estoy seguro. Se notaba que tuvo un mal día en su diario. Eran las siete de la tarde y el curso estaba más preocupado del asado que de la definicion de "ethos". El viejo simplemente echó una chuchada al aire, salió un momento y regreso con los ojos alterados. Nosotros, como somos buenos tipos, nos quedamos callados y escribimos lo que él sabía dictar de memoria. Al otro día no lo leímos. Y luego no lo vimos más en la U. Hasta que me topé en la calle. Y nos reímos de la situación porque no se podía hacer otra cosa.

Pero ahora que muchos dicen "El Mercurio miente" como si fuera la novedad del año. O que es LUN pervierte las virginales conciencias de la señora Juanita y su marido. O que el The Clinic ya no es lo que era. Yo pienso, ¿para qué las Universidades siguen fabricando profesionales como si fueran las salchichas de The Wall?. El "por qué" es obvio. Pero a largo plazo las alternativas serán: a) nos suicidamos, b) insistimos hasta encontrar trabajo y lo defendemos como Sergio Lagos con sus espacios cuando asegura que son "lecturas sobre la situación del país", c) creamos nuevos medios. Esto último es un poco mesiánico. Como cuando los del Canal 2 se emocionaban por ser "un canal hecho por y para jóvenes". Pero solo se necesita talento, olfato y trabajo duro. El resto vendrá por añadidura.

Esto puede sonar lo más obvio del mundo, pero lo escribo acá para que no se me olvide. Además no creo en las generaciones. Creo en ese artículo que te abrió ventanas y que terminaste pegando en tu pieza. No en ese artículo que te hizo querer conocer al autor o que te hizo estudiar periodismo. Eso es trampa.